- Construir marca
Las redes sociales ayudarán a que tu empresa se haga visible ante potenciales clientes. Una web, un blog, una cuenta de Twitter, una página de empresa en LinkedIn o una fan page en Facebook, son imprescindibles para todo negocio que comienza.
- Generar confianza.
Ya no basta con tener simplemente una cuenta en las redes sociales, ahora es necesario crear lazos fuertes con tu público. Tener una empresa “sociable” te permitirá identificar a tu público y desarrollar un tono consistente en tu comunicación.
- Comunicar.
Nuestro público debe tener claro quién eres, cuál es el valor diferencial de tu empresa y cómo puedes ayudarles. Eso no quiere decir que debas ser invasivo y atosigar con e-mails que no aporten valor. Hay que ir poco a poco construyendo la relación.
- Establecer diálogo.
A través de las redes sociales entablaremos comunicación directa con ellos. No temas a las críticas. Hay que responderlas y aprovechar ese feedback para mejorar y fidelizar.
- “Desvirtualizarse”.
En algún momento, los contactos que hacemos a través de las redes deben convertirse en contactos en persona. Los eventos como jornadas de formación o debate son fundamentales para la promoción de tu marca.
- Acelerar procesos.
Redes como Facebook o Linkedin te ayudarán a realizar de manera sencilla y rápida algunas funciones esenciales en cualquier empresa, desde filtrar candidatos para un proceso de selección, hasta realizar pequeñas encuestas y sondeos de mercado.
- Hacer networking.
Es la esencia de las redes sociales, los contactos. Tienes que cuidarlos siendo educado, contestar siempre, no discutir, aportar contenido, tener espíritu colaborativo y, sobre todo, ser constante y disciplinado en la gestión de tu red social.
- Proyectar imagen.
La imagen que proyectas en redes sociales es la que tus contactos van a llevarse de tu empresa. Por esa razón hay que cuidarla.
- Vender.
Redes como LinkedIn te facilitan llegar a potenciales clientes y llamar a su puerta