En el mundo del Marketing, la Falacia de McNamara es uno de los principales sesgos que llevan a empresarios a malinterpretar los datos.

Las métricas, como el número de seguidores en redes sociales o las visitas al sitio web, pueden ser engañosas. Muchas veces son simplemente métricas de vanidad.

Tener una gran cantidad de seguidores no garantiza la calidad de la audiencia o el interés en el producto.

De manera similar, un alto número de visitas a la página web no significa nada si los visitantes no interactúan, o no se convierten en clientes.

La tasa de rebote es otra métrica que suele ser malinterpretada.

Una tasa de rebote baja no necesariamente significa éxito en las ventas.

Simplemente indica el porcentaje de visitantes que abandonan una página después de ver sólo una página, y puede verse afectada por muchos factores, incluida la calidad de la página, el diseño o la velocidad de carga.

La Falacia de McNamara puede llevarnos a medir solo lo que es fácil y superficial, en lugar de lo que realmente importa en el Marketing.

Y desviarnos de lo que buscamos, que son las ventas.

Medir no significa comprender.

Este sesgo describe la tendencia a concentrarse en los números, métricas y datos cuantitativos, desdeñando significativos aspectos cualitativos.

Primero se mide todo aquello que es fácil de medir.

Pero luego, se omite todo aquello que no es medible o, peor, se le adjudica un valor cuantitativo arbitrario.

Este sesgo crea importantes distorsiones en la comprensión de la realidad, al sobreestimar la importancia de lo cuantificable y subestimar aquello que no se puede medir.

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